martes, 15 de mayo de 2012

El testigo Martín Cañas recordó a su familia en el juicio por el Circuito

"El ataque a la casa duró varias horas y no dejó nada en pie"
 En otra audiencia de juicio por el Circuito Camps, un testigo recordó el operativo y los secuestros que diezmaron su familia: tiene una hermana y un hermano secuestrados y a su madre y una hermana asesinadas. Inspeccionan Arana y la Quinta.

Martín Horacio Cañas era el menor de cinco hermanos. De todos ellos la dictadura sólo le dejó uno. Los otros ya no están: Amelia, de 29 años, y Santiago, de 26, fueron secuestrados en 1977 y permanecen desaparecidos; su madre, María Angélica Blancá, y su hermana Carmen, de 24 años, fueron asesinadas en un ataque a la casa del barrio San Carlos, en La Plata, que habían alquilado intentando esconderse de la represión. El hombre, que explicó que logró huir del país junto con la hija y la nuera de la Madre de Plaza de Mayo Adelina de Alaye contó que su hermano fue secuestrado al día siguiente del asesinato del hijo de Chicha Mariani, cuando acudía a reunirse con él. En el juicio por el denominado Circuito Camps también declararon otros tres testigos, entre ellos una sobreviviente y hermana de una desaparecida y el hijo mayor de Adriana Calvo.

En total, cuatro testigos hablaron en una nueva audiencia del juicio por el Circuito Camps realizada desde las 12 en la ex Amia de 4 entre 51 y 53, en el que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 investiga las responsabilidades de 21 policías, tres militares y un civil por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 280 víctimas en seis centros clandestinos de detención que comandó la Bonaerense durante la dictadura.

En la jornada, Cañas recordó que “en el momento de la desaparición, Angélica y Santiago estaban militando en la Unión de Estudiantes Secundarios y yo y Carmen en la JUP (Juventud Universitaria Peronista), porque como nosotros éramos una familia de bajos recursos económicos los menores pudimos estudiar en tiempo y formas y estábamos en la universidad, pero mis otros hermanos terminaron en el secundario de adultos y por eso estaban en la UES”.

Cañas explicó que su padre era un militar retirado y que su madre era docente y una antigua militante del peronismo auténtico. Recordó que el periplo que concluyó con el exterminio de su familia comenzó a mediados de 1976 cuando secuestran a su amigo Roberto Castagnet y su esposa y a militantes de la UES. Fue entonces que la familia comenzó a huir.

“Dejamos nuestra casa y nos mudamos a Ensenada, al barrio de Cambaceres”, contó. A finales de ese año, al saberse perseguidos, la familia volvió a mudarse, pero esta vez se dividió para preservarse.

Contó que el 15 de abril de 1977 su hermana María Angélica fue secuestrada en La Plata, en cercanías de las calles 19 y 35 cuando caminaba hacia lo de la dirigente de la UES, Cecilia Salomone.

El siguiente fue su hermano Santiago, quien entonces militaba con Daniel Mariani, el hijo de Chicha. El 30 de julio de ese año los dos militantes “hicieron una interferencia en la transmisión de los canales de televisión 2 y 13 durante la segunda pelea entre (Carlos) Monzón y (el colombiano Rodrigo) Valdez, en la que pasan una proclama de Montoneros”.

Dos días después Mariani fue asesinado a tiros cuando intentó escapar del operativo realizado en la casa de 1132 y 35 en la que vivía con el matrimonio Médicci-Aued, quienes permanecen desaparecidos, y donde también fue secuestrado Guido Carlotto, esposo de la presidenta de Abuela de Plaza de Mayo, Estela Barnes.

El siguiente día, el 2 de agosto, Santiago fue capturado a pocas cuadras de esa casa. “Mi hermano va a esa casa y cuando está llegando lo detienen”, contó el testigo.

Cañas recordó que al día siguiente su madre viajó a Varela para pedirle a su ex esposo que inicie un habeas corpus pidiendo por su hermano Santiago. Y que el 4 de agosto, cuando él fue a verla, encontró la casa de 134 y 39 donde vivía con su hermana Carmen arrasada por las balas.

En ese ataque murió su madre y su hermana. Sólo se salvaron dos bebés: su sobrino, Ernesto Valiente y Cecilia Porfidio, hija de Roberto uno de los asesinados el año anterior en el ataque a la casa Mariani Teruggi. Fue su padre quien, por su indicación, logró recuperar a los dos niños que habían sido llevados a una casa cuna.

“El ataque duró varias horas. La casa quedó demolida. No quedó nada en pié”, contó el testigo. Y abundó: “En la casa solamente había un revólver que era de mi abuelo. Un arma calibre 32 de principio de siglo. Yo no creo que lo haya usado… Pero ojalá que Carmen les haya tirado”. En el operativo los únicos que salieron ilesos fueron los bebés y los atacantes.

Treinta mil. “Después del ataque a la casa de mi madre logramos juntarnos con María Alaye, que era mi compañera, con Inés Ramos, que era la nuera de Adelina de Alaye y con otro compañero. Y nos vamos los cuatro a vivir al interior, a Paraná”, recordó Cañas.

Gracias a Adelina los cuatro pudieron escapar a Brasil y luego como refugiados a Francia, donde junto con los otros exiliados organizaron la primera conferencia de prensa internacional con testigos.

“Cuando estábamos organizando eso surgió una pregunta que seguramente iban a hacer los periodistas ¿cuántos desaparecidos hay en Argentina? Entonces Adriana Lesgart toma la carta abierta a la Junta Militar de Rodolfo Walsh, en donde menciona que al momento de su desaparición, que había ocurrido un año antes, había 15.000 desapariciones. Entonces a Adriana lo que se le ocurre es duplicar el dato. Que yo sepa esa es la primera vez que se habla de los 30 mil desaparecidos”, recordó.

Testigos. En la audiencia también declararon los ex prisioneros políticos de la dictadura Carlos Gensón y Lidia Araceli Gutiérrez de Elizardi y el hijo de la sobreviviente Adriana Calvo, Santiago Laborde, quien fue entregado a sus vecinos cuando su madre fue secuestrada en Tolosa, La Plata.

El juicio continuará con dos inspecciones oculares en el destacamento policial de Arana y la comisaría Quinta, donde en dictadura funcionaron centros clandestinos de detención y tortura.

Por Pablo Roesler - pabloroesler@gmail.com

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